Ahora contra los motociclistas
Mi capacidad de asombro se encuentra
indudablemente intacta, a pesar de los muchos años que tengo caminando este
planeta, cosa que me pone muy contento.
Lo que hoy voy a comentar realmente no creía que pudiera ocurrir. Sabía de las intenciones pero apostaba a que no iba a prosperar. Como tantas veces, me equivoqué.
En la fecha, me entero de la puesta en práctica
de una medida que desde hace ya bastante tiempo se viene impulsando desde
distintos sectores del gobierno y el pueblo de la provincia de Buenos Aires: el
uso, por parte de los motociclistas acompañantes, de un chaleco con la
inscripción del número de la patente e igual inscripción en el casco.
Obviamente se arguyen cuestiones de seguridad,
lo cual parece bastante lógico cuando se trata de encontrarle una solución a un
problema tan importante.
Lo que no parece tan lógico, por ejemplo, es que con tal medida podría estar violándose un
principio básico del derecho, que es el de inocencia, puesto que estarían los
motociclistas en su totalidad sospechados de ser responsables de (por lo menos)
tener intenciones delictivas.
Y aún cuando tal principio no estuviera en
riesgo, se viola el derecho individual de decidir sobre la apariencia personal (con qué ropa se viste uno al
salir a la calle). Se parece bastante a las acciones de los nazis en la Alemania
de Hitler que marcaban a los judíos y sus casas, en un gesto de discriminación
que hoy nadie osaría discutir o negar como tales.
Por otra parte, reduciría a la persona a ser un
objeto más (registrable como una moto) al que no faltará que una ordenanza
municipal pronto lo obligue a llevar también carteles publicitarios en la
espalda. Algo como: “Fumar es perjudicial para la salud”, “Nena, te hiciste el Papanicolau?”,
“Argentina, un país con buena gente”, “Massa Presidente”, etc.
Massa Presidente? Seguuuuro… Ja! (1)
Creo que debería haber límites. Si de la
seguridad se trata, si realmente importa, sería de mayor utilidad, prohibir que
viaje gente parada en vehículos del transporte público, exigir cinturones de
seguridad (tal como en los autos particulares) para todos los pasajeros.
Sin
conocer de estadísticas, me animo a afirmar y creo no equivocarme, que muere más
gente en accidentes de tránsito por falta de seguridad en los vehículos de
transporte, calles en mal estado, falta de señalización adecuada, etc., que por
balazos de motociclistas (aclaro que se dice motociclistas y no motoqueros.
Motoquero es una deformación a propósito, peyorativa y como tal,
malintencionada, tanto cuanto se suele decir guitarrero en vez de guitarrista).
Pero, más aún, los mayores criminales que en
mis años de vida pude conocer, a través de las noticias, obviamente no viajaban en moto. Generalmente
lo hacían y lo hacen en autos, en autos caros. Algunos incluso formaron parte
del Parlamento Nacional como el Señor (¿?) Carlos Saúl Menem. Ni hablar de la “dictadura
militar”, sin entrar en más detalles.
Lo que indigna, o tan solo molesta es que se utiliza la fuerza del legislador y del funcionario que aplica la ley para una vez más golpear al más débil.
Cuidar la seguridad de todos implica también mantener en equilibrio los derechos de unos y otros. Porque de lo contrario, la inseguridad aumenta, como consecuencia de los odios que se generan entre los "buenos" y los "malos".
Lo malo es que este tipo de ideas se reproducen velozmente.
Muy pronto en esta sala...
(1) Perdón, no pude evitarlo.
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